El Braco Borbonés es un perro continental, esto debe permanecer y será juzgado como tal.
Con construcción de mesolíneo para un esfuerzo sostenido, no tiene por eso una
búsqueda menos activa, incluso si no es siempre muy amplia. Su andadura es un
galope enérgico. En terreno fácil, garantiza este galope suficientemente
sostenido; por el contrario en terreno cubierto, en su andadura puede alternar
momentos de trote rápido.
Su construcción le puede permitir cambios bruscos de dirección y de andadura
recordándonos guardando las distancias, la manejabilidad y la estabilidad de los
poneys de polo. No debe ser linfático.
Se prefiere sea alto o en la prolongación del dorso, pero varia según las condiciones de toma de emanación. Pueden admitirse breves controles en el suelo si no se convierten en rastreo.
El braco Borbonés asegura sus muestras con autoridad. Las posiciones son la clásica actitud firme y muy tensa sin llegar a la perdida del control. De hecho se consigue fácilmente la guia a la orden.
A menudo espontáneo, franco y con boca suave.
El braco Borbonés debe tener sobre el terreno el comportamiento de un perro inteligente y apasionado, de andadura enérgica, con carácter flexible y sin excesico nerviosismo.
No deben ser considerados por encima de la nota los ejemplares capaces de prestaciones superiores.